Iliana Ferreiro Vázquez
Danay Domínguez Pacheco
Yamirka Suárez Sánchez
Para Chiavenato, (1993), el liderazgo es el ejercicio de influencia
interpersonal ejercida en una situación, a través del proceso de
comunicación humana para la consecución de uno o diversos objetivos
específicos. Esta condición explica que se basa en crear la disposición de
la gente a seguir una idea, aunar voluntades, ofrecen medios para la
satisfacción de sus deseos y necesidades, crear motivaciones, para que
puedan apreciar mejor la situación y la razón de llevar a cabo las acciones
necesarias para lograr objetivos o metas comunes.
Desde esta perspectiva, se asocia el liderazgo con aquellas características
que lo presentan popularmente como capacidad gestora, excelencia
individual y ejercicio de poder, que son sin duda una concepción
reduccionista del mismo. Aunque el liderazgo, se concreta a partir de las
características fundamentales, es: el ámbito en que se desempeña y la
personalidad de quien la ejerce.
La primera, se relaciona más con el contenido o área específica del
ejercicio; mientras, la segunda, depende de las circunstancias en las que
se encuentra, en las habilidades, valores y comportamiento del líder, le
permiten promover, integrar y organizar las actividades de un grupo de
personas hacia los objetivos planteados por la organización.
Al respecto Owen (2008) considera que el liderazgo de una persona es
resultado de la disponibilidad que este posea para implicarse y guiar a
un grupo en la satisfacción de sus necesidades en correspondencia con
la situación en que tiene lugar la actividad que realizan.
Desde esta posición, se entiende que la particularidad del ámbito
educativo establece determinadas exigencias tales como su
responsabilidad de crear una visión, de la organización del encargo, así
deberá difundirla reforzarla sistemática y congruentemente, en especial
seguirla según el código de valores. A esto se une la necesidad de que
puedan identificar, enriquecer y encauzar las potencialidades del capital
intelectual de la organización, pues se convierte en un activo agente de
cambio al asumir que la gestión de este le corresponde a él.
Al líder le concierne establecer y controlar, con claridad y justicia, los
objetivos, funciones, responsabilidades y roles del personal, fortalecer el
trabajo en equipo y el clima organizacional, entrar en contacto y diálogo
con cada uno de los miembros de la organización promoviendo un alto
nivel de energía y orientación a los resultados, estimulando la creación
de las condiciones necesarias para que la organización educativa, pueda
fomentar una cultura de innovación, transformación y desarrollo.